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Museo Textil

Recoge los objetos, útiles, instrumentos y máquinas más importantes del proceso de elaboración de la lana. Lumbrales, en el período de finales del s. XVIII, gozó de gran prestigio y admiración, debido al florecimiento de “telares” y “tornos de hilar” que hicieron de la villa un lugar industrioso y poblado.

En ese período había 106 telares con 270 tornos de hilar, en los que se tejían mantas, paño, basto, sayal y jerga.

Había en la villa 77 fabricantes que empleaban 400 oficiales sin incluir las mujeres que hilaban el estambre a mano; cada telar ocupaba a dos cardadoras, un pasador de canillas, un tejedor y tres hilanderas.

Consumían anualmente esos telares 164.921 Kgs. de lana en sucio, sin incluir la que producían los ganados del pueblo.

Gran parte de los producido por los fabricantes era vendido en el reino de Portugal, sin pagar aduanas (privilegio concedido por el rey Carlos III), lo que propició el florecimiento de la industria textil de la villa.

 

El progresivo desarrollo de los telares se manifestó en el aumento de los “batanes” (máquinas compuestas de mazos de madera que golpeaban y enfurtían los paños), situadas en la orilla del río Camaces.

La Casa de los Condes acoge una pequeña muestra de una de las industrias históricamente más importantes de la villa: la industria Textil.

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Telar textil del siglo XIX cedido por Juan Cambón, uno de los últimos industriales, quien estuvo trabajando con él hasta mediados del siglo XX
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